lunes, 8 de noviembre de 2010

Andanzas

Entre días de fiesta, gestiones administrativas, papeleos, cumpleaños, compras de regalo... etc, he estado bastante desaparecida esta semana pasada. Pero, por lo que más contenta estoy, es porque me llamaron para trabajar un par de días en mi servicio favorito, donde estuve este verano. Y diréis "Pff, por dos días está así de contenta?" Pues síi!! contenta de volver a ver a mis compañeros, de que me tengan en cuenta a la hora de sustituir (que es lo que toca al principio) y, sobretodo, de tener la oportunidad de desarrollarme más en el campo de la enfermería oncológica.

Es dificil de explicar, pero es fascinante y digno de admirar el valor y el optimismo de la mayoría de pacientes que van a aquella sala tan familiar a ponerse tratamiento. El realismo y el coraje con el que se enfrentan a su enfermedad. El sarcasmo de algunos, la normalización de otros, la amplia preocupación o el desentendimiento. Me gusta observar como cada uno se toma su enfermedad, como la entiende y las estrategias que utiliza para combatirla tanto física como emocionalmente. Aprendo un montón de ellos y es que nadie como una persona con cáncer que lleva un tratamiento conoce mejor como responde a él... de la experiencia de todos se puede generalizar pero siempre habrá una pequeña diferencia, y es que cada persona es un mundo.

2 comentarios:

  1. Me alegra que te vayan llamando, aunque sea poquito. Un día el contrato será largo y ya no te echarán ni con agua caliente... ;)
    Me parece muy inteligente tu entrada y la humildad con la que desarrollas tu labor. Ser consciente de que se aprende de todas las personas que se tiene alrededor es uno de los primeros pasos para ser un profesional de primera... y tú ya lo eres. Tus pacientes seguro que te adoran y hoy habrán mirado la puerta de entrada a ver si la que aparece esa mañana eres tú. Besos miles

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  2. ya te digo, al principio hay que currar dónde sea y cuando sea :D

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