viernes, 24 de diciembre de 2010

¡¡Sigo aquí!!

Liada con trabajo, autoescuela, ordenador roto y navidades no he tenido casi tiempo de dejarme caer por aquí. Ahora en un momento me pasaré por mis blogs amigos y preferidos para dejaros algún mensajito. Lo siento pero el tiempo no me ha dado para más y ahora que llegan las fiestas, tengo un momento de paz y tranquilidad.

Aprovecho para desearos una feliz Nochebuena y Navidad con vuestras familias, amigos, seres queridos... con quien más queráis. Que vivais, aunque sea una vez al año, unos días especiales y rodeados de la mejor magia navideña, cada cual a su manera. Un abrazo y mis mejores deseos para todos.

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sábado, 27 de noviembre de 2010

Tolerancia 0

No lo permitas, si tienes miedo pide ayuda. No grites, no llores más, no recibas más miradas de reproche, ni insultos, ni golpes. No lo consientas. Eres fuerte y valiente. No pienses que es lo normal, las relaciones se basan en el amor y el respeto. No te lo mereces, no es justo. NO y NO.
Es común que las conductas destructivas se alternen con momentos de arrepentimiento, paz y amor, lo cual dificulta tomar conciencia de que el problema existe. En general, todo funciona entorno a un ciclo (Leonore Walker, 1984).

1. Fase de escalada de tensión: se compone de hechos aislados de roces y amenazas, a los cuales la mujer les da poca importancia y justifica el incidente a causas externas. La mujer vive una atmósfera de tensión extrema, ansiedad y miedo.

2. Fase violenta:  La tensión acumulada anteriormente estalla. Es la fase cúlmen de agresión y malos tratos. Episodio de violencia que puede variar en gravedad y componerse de distintos tipos de maltrato.

3. Fase de luna de miel: El agresor se disculpa y parece arrpentido, corteja a menudo a la víctima con regalos, prestándole gran atención y prometiéndole que nunca volverá a agredirla


Este ciclo se volverá a repetir a intervalos variables. No se detendrá sin ayuda exterior.



Más información sobre el maltrato AQUÍ y AQUÍ

martes, 16 de noviembre de 2010

Historias de la Sala

La última paciente termina su sesión de quimio a las tres y media de la tarde. Le retiro la vía y me despido hasta la próxima. Echo a la basura todos los sueros vacíos, me quito los guantes y me lavo las manos. Y me doy cuenta que al fondo de la sala todavía está aquella mujer, con su marido. Tiene 60 años y en ese momento está acostada en la cama, sudando, echa polvo. Su marido le acaricia la cara. A mitad de la larga sesión nos pidió si podíamos acostarla porque ya no podía aguantar más sentada en uno de esos sillones. Su acompañante le acaricia la cara con cariño y con nostalgia, lo veo en sus rostro, el cansancio y la desesperación.

Entonces él me ve allí parada, secándome las manos lentamente y aprovecha el momento para pedirme algo para calmarle el calor a su mujer. Me acerco a ella, está sudando. Le bajo la sábana hasta la cintura y le toco la cara, está sudando pero no muy caliente. Voy a por unas gasas y unos paños y los mojo con agua fría. Se los entrego a su marido, que le empapa el cuello y la cara para que se sienta mejor. Le tomo la temperatura, 36,8ºC, está bien. Les doy ánimos, pero ellos solo quieren una cosa, irse a casa lo antes posible. Hace cuarenta y cinco minutos que había llamado a la ambulancia para que les llevara de nuevo a su pueblo, a 35 km del hospital. Es una mala hora, muchos traslados a partir de las tres de la tarde. Vuelvo a llamar, les recuerdo el nombre de la paciente y que tienen que traer una camilla, y me informan de que lo tienen en cuenta y que en media hora estarán aquí.

Las cuatro y media. La pareja sigue en el mismo sitio que hacía una hora, desesperados. Su marido me pide que le eche un ojo mientras baja a la cafetería a por algo de comer. No tarda en volver y sentarse de nuevo al lado de ella. Siempre cerca de su cara. Y por fin, oigo alboroto en el pasillo. Me asomo y allí está el técnico de transporte y la camilla. Le hago pasar y me dispongo a ayudarle. Debido a la quimioterapia, María padece alopecia, y lleva una peluca que en ese momento está más sobre la cama que sobre su cabeza e inevitablemente al pasarla a la camilla, se le cae. El técnico se la entrega al marido como si nada: "coja esto". Él no está conforme y yo lo observo y, sin dejarme hablar, me dice que por favor, se la ponga. Yo accedo inmediatamente y el técnico responde que se le volverá a caer, mientras yo se la coloco de la mejor manera que puedo y sé. El marido, desesperado por toda aquella situación, responde "Ya me encargaré yo de que eso no ocurra", imponente. Y un silencio invade la sala. Por fin se van a casa, desaparecen al fondo del pasillo.

Yo me quedo allí, sola y pensativa. Me siento delante del ordenador para terminar de hacer las últimas gestiones administrativas. Pero no me quito de la cabeza el amor, el apoyo y la comprensión de ese hombre hacia esa mujer y la falta de tacto, educación y empatía de algunos. Y pienso lo importante que es para muchísimas personas (diría que para el 85%) su imagen corporal y la pérdida del cabello. Porque hay gente que ya tiene bastante con su dolencia como para tener que soportar aquellos efectos adversos que pueden corregirse con una peluca. No hay que subestimar esos elementos que les hace sentir un poco mejor, pero a algunos se les olvida.


lunes, 8 de noviembre de 2010

Andanzas

Entre días de fiesta, gestiones administrativas, papeleos, cumpleaños, compras de regalo... etc, he estado bastante desaparecida esta semana pasada. Pero, por lo que más contenta estoy, es porque me llamaron para trabajar un par de días en mi servicio favorito, donde estuve este verano. Y diréis "Pff, por dos días está así de contenta?" Pues síi!! contenta de volver a ver a mis compañeros, de que me tengan en cuenta a la hora de sustituir (que es lo que toca al principio) y, sobretodo, de tener la oportunidad de desarrollarme más en el campo de la enfermería oncológica.

Es dificil de explicar, pero es fascinante y digno de admirar el valor y el optimismo de la mayoría de pacientes que van a aquella sala tan familiar a ponerse tratamiento. El realismo y el coraje con el que se enfrentan a su enfermedad. El sarcasmo de algunos, la normalización de otros, la amplia preocupación o el desentendimiento. Me gusta observar como cada uno se toma su enfermedad, como la entiende y las estrategias que utiliza para combatirla tanto física como emocionalmente. Aprendo un montón de ellos y es que nadie como una persona con cáncer que lleva un tratamiento conoce mejor como responde a él... de la experiencia de todos se puede generalizar pero siempre habrá una pequeña diferencia, y es que cada persona es un mundo.

martes, 26 de octubre de 2010

Lo que encuentro por la red

No debemos olvidar que para algunas personas puede suponer un gran estrés ser pinchado o someterse a cualquier técnica médica o de enfermería. Eso sí, al niño de la foto parece que le estén torturando en vez de vacunando. No lo neguemos, en ocasiones decimos alguna mentira piadosa... cuando no supone ningún riesgo para el paciente, claro.



domingo, 24 de octubre de 2010

19 de Octubre, Día Mundial del Cáncer de Mama

Ya se considera el mes de octubre como el mes de la lucha contra el cáncer de mama así que, aprovechando que mediáticamente se nos recuerda la importancia de la prevención para reducir la probabilidad de sufrir esta enfermedad, yo por supuesto también me sumo a la causa.

Cada vez somos más conscientes de que el cáncer de mama es uno de los tumores más prevalentes entre la población femenina. No obstante, la prevención está jugando un papel muy muy importante a la hora de 'coger a tiempo' esta dolencia. Según la AECC, las posibilidades de curación de los cánceres de mama que se detectan en su etapa inicial (in situ) son prácticamente del 100%. Se ha podido demostrar que, gracias a la realización de campañas de diagnóstico precoz de cáncer de mama y a los avances en el diagnóstico y tratamiento, la mortalidad por esta enfermedad ha disminuido de una forma significativa y cada día es mayor el número de mujeres que viven con el cáncer de mama y lo superan.

Algunos de los factores de riesgo como lo son los genes, el sexo o los antecedentes familiares no son modificables, sin embargo, con las revisiones rutinarias y siguiendo un estilo de vida saludable podremos conseguir reducir la posibilidad de padecer cáncer de mama (o cualquier otro cáncer).

¿Cuales son esas revisiones imprescinbles? 
  • Autoexploración de las mamas. Es recomendable realizar la palpación de las mamas a partir de los 18 o 20 años y evitar hacerlo durante la menstruación, lo mejor, una semana después. Os dejo un enlace interesante.
  • Examen anual por parte de un especialista médico. Desde el inicio de las relaciones sexuales o a partir de los 20 años ya es recomendable acudir a un especialista para someterse a un examen ginecológico completo.
  • Mamografía. En la actualidad se llevan a cabo programas de screening de cáncer de mama dirigidos a las mujeres de mayor riesgo, cuya edad está comprendida entre los 50 y los 65 años, mediante la realización de mamografías cada 1-2 años.  Recientemente, se esta incorporando a los programas de screening las mujeres en edades entre 45-49 años y 65-69 años. No han demostrado un beneficio las campañas de diagnóstico precoz por encima de los 69 años. En mujeres entre los 40 y 45 años solamente puede ser aconsejable si existen factores de riesgo elevado como el genético. Hay que tener en cuenta que la mamografía es menos sensible en mujeres con mamas densas como ocurre en el grupo de mujeres jóvenes.
¿Cómo podemos mejorar nuestro estilo de vida? No es ningún misterio.
  • NO al exceso de peso.
  • SI al ejercicio con regularidad.
  • MODERA el consumo de alcohol.
  • NO al tabaco.
  • SI a la dieta saludable.
  • EVITA el estrés.
  • Enfréntate con OPTIMISMO a la vida.


viernes, 15 de octubre de 2010

Sabática

Me canso de no tener cosas que hacer. Me saco hobbies de donde puedo y leo hasta las etiquetas de las botellas de champú. Hace menos de dos semanas que terminó mi contrato y necesito tener algo que hacer, pero el trabajo anda mal por aquí al terminar el periodo vacacional y más para una enfermera recién salida del horno. Estoy contenta porque he estado tres meses trabajando y ya debo darme con un canto en los dientes, porque compañeras de promoción se han quedado a dos velas.

En fin, de momento me he apuntado a la autoescuela, porque sin vehículo propio no voy a ningún sitio y eso que yo soy gran defensora del transporte público. Qué peligro, no me veo en la carretera, soy un poco torpe y despistadilla. No es mi ilusión conducir, lo hago principalmente por necesidad. Quizás luego le coja gustillo, con empeño lo conseguiré.